Héroes y heroínas

Según la Real Academia Española un héroe es un varón ilustre y famoso por sus hazañas o virtudes; un hombre que lleva a cabo una acción heroica.

E aquí nuestro hombre

Estamos en el año 50 antes de Jesucristo. Toda la Galia esta ocupada por los romanos… ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles galos resiste todavía y siempre al invasor

De las historietas de Astérix y Obéix, de la mano de René Goscinny en el guión, y Albert Uderzo en la ilustración, nace Astérix, un personaje procedente de la única aldea gala que no ha caído ante el Imperio romano. Es un hombrecillo bajito y “escuchimiflado”, hábil e inteligente que, al beber la poción mágica de Panorámix, el druida de su aldea, se convierte en el hombre más fuerte de Galia. Le gusta perseguir romanos y comer jabalíes.

Nuestro héroe siempre va acompañado de Obélix, un hombre robusto con una fuerza sobrehumana, un poco tonto pero de buena voluntad; también le gusta “cazar” romanos como diversión y comer, comer mucho. Obélix no puede probar la poción mágica porqué tuvo una sobredosis de ella cuando era pequeño que le convirtió en el superhombre que es, sus efectos ahora le serían nocivos.

Ambos héroes son campechanos, alegres y simpáticos, se lo pasan bien haciendo sus hazañas.

Del mismo modo, según la RAE, una heroína es una mujer ilustre y famosa por sus grandes hechos, una mujer que lleva a cabo un hecho heroico. ¿Como son nuestras heroínas? Aquí va un ejemplo:

Femme Fatale, Catwoman

Originalmente, Catwoman era una ladrona y rival de Batman con un traje de gato, pero con el pasar de los años Catwoman fue evolucionando a un estilo más sexy, con lo que se produjo una atracción entre ella y Batman hasta el punto de que en muchas encarnaciones se le ha visto como su verdadero amor.

Encarna perfectamente el arquetipo de Femme fatale, o mujer mortífera. Aunque suele ser malvada, también hay mujeres fatales que en algunas historias hacen de antiheroínas e incluso de heroínas. En la actualidad el arquetipo suele ser visto como un personaje que constantemente cruza la línea entre la bondad y la maldad, actuando sin escrúpulos sea cual sea su lealtad.